Plutarquito

   PLUTARQUITO 

(CARICATURA)

Esta imagen no es autoría del escritor.

Plutarquito era un hombre de campo, poseía grandes bienes que le habían dejado sus ancestros; gracias a las grandes cantidades de dinero que tenía era bien recibido donde iba, pues era feo antes de que sus padres supieran que lo habían concebido. Visto desde abajo hacia arriba parecía un embudo, gordo de estómago como un barril pero con las piernas largas y tan flacas que su escasa carne dejaba adivinar los huesos; su espalda comprendía la misma distancia que hay entre Santiago de los Caballeros y Puerto Plata; su caminar muy espacioso, de noche se le podía confundir con un oso panda de esos que están bien alimentados.

 

Su cabeza anómala, romboidea, de pelo amarillento, largo y fuerte; la frente hendida; los ojos grandes, inexpresivos y maliciosos; la nariz tan puntiaguda que si se encontraba de frente podía saludarte con ella; la barba espesa, pues nunca se la cortaba por no gastar ni un centavo. Observado desde el lado derecho poseía unos labios tan resecos que si fuera el lugar donde habitan las vacas, estas darían la leche en polvo. Tenía los dientes torcidos y desiguales que sin exagerar poco érale decir que podía agarrarse con ellos y subir cualquier pared que quisiere.