sábado, 3 de agosto de 2019

¿ Por qué existe el hombre blanco?



Análisis discursivo

¿Por qué existe el hombre blanco?



      Los seres humanos que existieron por primera vez en el África eran de color negro, sin embargo, muchos de ellos se vieron en la necesidad de emigrar a otros lugares del planeta con el fin de sobrevivir. De esta manera, humanos que colonizaron Eurasia tuvieron que evolucionar para soportar las condiciones ambientales y/o climatológicas de los territorios que habían colonizado y, como resultado de la poca incidencia de los rayos solares, la piel negra comenzó a palidecer. Es justamente de esta realidad de la que trata el texto ¿Por qué existe el «hombre blanco»?, publicado en una página de internet denominada “La ciencia y sus demonios” y del cual se realizará un análisis puntual de las estrategias lingüístico-discursivas y las imágenes del enunciador y del enunciatario que se manifiestan en dicha obra para alcanzar al macro-acto de habla.

      El propósito comunicativo del texto objeto de análisis es el de justificar el origen del hombre blanco a través del desmonte de la tesis que se tiene sobre dicho proceso, de manera que, para consumar dicho propósito, el autor fue utilizando un sinnúmero de estrategias lingüísticas y discursivas que en este análisis se examinarán párrafo por párrafo. En el apartado primero, el autor explica que “La creencia popular de que el proceso evolutivo persigue una mayor complejidad es totalmente errónea” por lo que concibe a un lector que probablemente asuma dicha creencia y al cual trata de hacerlo consciente de su equivocación a través de dicho desmonte. En ese mismo orden de ideas, explicita que “La evolución no es un plan dirigido” donde se muestra un adverbio de negación (no) para el conjunto de personas que comparten dicha creencia y con el cual el escritor quiere volver a reiterar que conoce muy bien el tema que aborda. Además, hace uso tres veces del verbo ser (es totalmente errónea, no es un plan dirigido, es totalmente variable) a manera de descripción-definición del fenómeno en cuestión y, al mismo tiempo, utiliza el grupo sintáctico adjetival (es totalmente errónea) para manifestarse como docto en el tema y, por lo tanto, autorizado para hablar de él.

      Como se dijo en el párrafo anterior, el dos también está encaminado a desmontar la idea del proceso evolutivo a través del modo de organización de causa-consecuencia. Esto se constata al inicio del segundo párrafo: “…Esto hace que un carácter que en un momento dado sea desfavorable para su portador” y la utilización del conector (por lo tanto) y del gerundio consecutivo (siendo favorecido) para declarar cómo la variabilidad del proceso evolutivo a través del cambio ambiental puede convertirse en algo negativo para un grupo y positivo para otro, lo cual es respaldado por la selección natural. Para explicar esta idea de la selección natural a ese público incrédulo, el autor recurre a la definición sobre la melanina y su función, que nueva vez conduce a la relación causal que persigue desde el primer párrafo. Además, hace uso del plural mayestático con la primera persona del plural (Podemos aclarar este aspecto con un ejemplo bien conocido) con el fin de evidenciar que el sujeto lector tiene cierto conocimiento sobre el tópico en cuestión pero necesita más explicación sobre este, de modo que incluye a dicho sujeto (podemos) estableciendo un acercamiento o confianza entre este y el lector.

      En el tercer párrafo, se explica que el hecho de que las zonas cercanas al ecuador estén habitadas predominantemente por personas de piel oscura no es un asunto accidental, por el contrario, se debe a la ubicación geográfica y a la constante radiación solar; lo que comprueba nueva vez la relación de causa-consecuencia que se presenta desde el inicio del texto. De igual forma, describe/ define el lugar de la génesis de la especie humana para apoyar su tesis del porqué del hombre blanco; para ello expresa que “En latitudes cercanas al ecuador, donde se originó nuestra especie” donde idealiza a un público poco conocedor del tema. Además, a poco menos de finalizar el apartado se evidencia la estrategia discursiva de la interrogación que se hace presente a través de la estrategia lingüística del pronombre interrogativo causal (¿Por qué?) con el cual se coloca en los zapatos del lector ¿Por qué no tenemos todos las pieles oscuras de nuestros ancestros? y responde esta pregunta a modo de invitación al lector para hacerlo partícipe de la búsqueda de respuestas a dicha interrogante: “Para explicarlo debemos buscar a los responsables: la vitamina D y el calcio”.

      En el párrafo cuarto, el articulista utiliza la estrategia discursiva de la definición (de la vitamina D y el calcio), la cual se relaciona con el color de la piel de acuerdo a si existe una alta o baja concentración de melanina. En ese sentido, se puede observar que nueva vez se exterioriza la relación causal y la exposición de razones que se han explicitado en los párrafos anteriores; esto se hace evidente cuando explicita: “A pesar de que demasiada radiación solar es dañina, el cuerpo humano necesita cierta cantidad para activar la Vitamina D que se encuentra en forma de precursor en nuestra piel”. Además, se explica la importancia que tiene esta vitamina para el cuerpo humano y que carecer de ella puede provocar enfermedades de la piel; esto lo avala lo siguiente: “Esta vitamina es vital para el correcto desarrollo óseo, y su ausencia produce, entre otras patologías, el conocido raquitismo”.

      En otro orden de ideas, en los párrafos quinto y sexto el articulista describe cómo al alejarse los primates de África se reducía la radiación solar y, por ende, la síntesis de vitamina D. Esto trajo como consecuencia “excesivas cantidades de melanina producto de esa radiación solar y el impedimento de sintetizar Vitamina D” y, por tanto, que se perdiera el color negro de la piel. De acuerdo con lo expuesto, se muestra que se continúa dando respuesta a la pregunta inicial contenida en el título del texto (¿Por qué existe el hombre blanco?) a través de razones y/o justificaciones. También se puede afirmar que el texto en cuestión es un artículo de secuencia predominantemente argumentativa en donde confluyen también la expositiva y la descriptiva. Como se ha podido comprobar a través de los párrafos anteriores el propósito comunicativo global es el de justificar o dar razones del origen del hombre blanco. Para afirmar esto, basta con observar que los párrafos se han organizado con base en una estructura de causa-efecto, (“Así, el presentar una menor concentración de melanina pasó a ser una ventaja”;… El resultado es el que vemos hoy…”) pues se presentan los hechos a los cuales le siguen las razones que lo han causado.

      En cuanto a las imágenes del enunciador, se puede colegir que el “yo discursivo construido” es el de un experto en la temática que aborda, tal y como se mostró en párrafos anteriores, cuando se explicitaba que “la pigmentación se convirtió en un problema”, “Cuando los primeros humanos abandonaron África…”, “Lo podemos aclarar con un ejemplo bien conocido…”. Además, en relación con las imágenes del enunciatario es importante señalar que pueden interpretarse de dos maneras distintas: por un lado, la de un público poco conocedor del tema en función de creencias que no están sustentadas en informaciones objetivas (“La creencia popular de que el proceso evolutivo persigue una mayor complejidad o inteligencia es totalmente errónea”); y por otro lado, la de un conjunto de personas que conoce el tópico en cuestión pero que necesitan de ciertas explicaciones para poder corroborar lo que saben, así se logra evidenciar en el párrafo tres y cuatro, cuando expone que “En latitudes cercanas al ecuador, donde se originó nuestra especie esta adaptación favoreció la supervivencia del Homo sapiens…”

    Como hemos visto, el propósito del texto en cuestión se alcanzó sobre la base de un conjunto de actos de habla organizados causalmente en los cuales se fue justificando y demostrando el por qué existe el hombre blanco. Asimismo, se han corroborado a través de pistas lingüísticas y discursivas que en el texto aparecen dos enuncitarios, por un lado uno que desconoce el tema y, por otro, el que posee cierto conocimiento pero tiene una creencia equivocada con respecto a este. Además, se puede deducir que el sujeto enunciador de este texto es  docto en la materia, pues conoce a cabalidad las ideas que aborda.

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